Durante años, el plástico ha sido un material al que se le ha responsabilizado de manera enorme por el problema de contaminación que actualmente, es mundial. Esta satanización que ha sufrido el plástico, está más relacionada con las acciones que toman gobiernos, empresas y consumidores en el tratamiento posterior de estos productos que con las cualidades o efectos de dicho material. El problema real no radica en el plástico, sino más bien, en la falta de actuación en conjunto de estos actores.